(AZprensa)
En estas fechas se agolpan las comidas y cenas especiales, con la familia, con
los compañeros del trabajo, con los amigos… y las consecuencias pueden ser muy
pesadas para nuestro estómago. Por eso, ofrecemos hoy unos consejos muy
sencillos que te servirán de Guía para sobrevivir ante tantos e inevitables
excesos:
1-
No hay que llegar hambriento a la comida o cena. Toma un buen desayuno y algo
de merienda para que puedas disfrutar de la comida o cena sin necesidad de
servirte raciones gigantescas.
2-
El alcohol y los refrescos no sustituyen al agua. Hay que mantenerse hidratado
todo el día y para ello hay que beber de litro y medio a dos litros de agua al
día; si además bebes alcohol y/o refrescos, pues muy bien, pero eso no debe ser
en sustitución del agua.
3.-
¡Cuidado con la sal! La sal favorece la retención de líquidos y la
hipertensión, por lo que su uso debe ser moderado. Para “alegrar” los platos
hay numerosas hierbas aromáticas: eneldo, tomillo, etc. También hay que evitar
o reducir en lo posible los platos precocinados y las conservas ya que llevan
un alto contenido en sal.
4-
No te satures de grasas saturadas. Consume con prudencia los alimentos que las
contienen como el queso, los embutidos o los fritos, y que estos no supongan
más de un siete por ciento de todo lo que comas.
5.-
No abuses de los dulces y, cuando no se trate de una comida especial,
sustitúyelos por fruta.
6.-
Una infusión después de comer o cenar te ayudará a hacer la digestión; por
ejemplo una infusión de poleo o manzanilla.
7.-
¡Camina! Así de sencillo: caminar es el mejor ejercicio para mantenerse en
forma ya que la actividad física moderada ayuda a hacer la digestión y mantener
el equilibrio de nuestro organismo.
8.-
Y alterna los días de comilonas con otros días de comida más austera (frutas,
verduras, pescados hervidos o a la plancha, etc.) y en poca cantidad, para que
tu organismo se recupere mejor de los excesos.
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