jueves, 4 de enero de 2018

Las máquinas nunca se rebelarán contra las personas

(AZprensa) La Inteligencia Artificial (IA) sigue avanzando a pasos agigantados y el público ya se ha familiarizado con ellas gracias a las películas de ciencia ficción, pero ese temor de que algún día las máquinas puedan rebelarse contra los humanos hay que descartarlo por una sencilla razón: “Por muchos avances que se den, las máquinas nunca se van a rebelar contra las personas, porque no tienen intencionalidad ni conciencia”. Quien así habla es Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Para explicarlo de una forma sencilla, nos dice que “podemos encontrarnos con la siguiente paradoja: un ordenador programado para jugar al ajedrez al más alto nivel puede al mismo tiempo ser incapaz de jugar a las damas, algo a priori mucho más sencillo. Esto se debe a que las inteligencias artificiales que se han desarrollado solo realizan tareas muy específicas y contextualizadas. La inteligencia humana, sin embargo, es versátil y general. El gran problema para pasar de esta inteligencia super específica a otra más general es cómo dotar de conocimientos genéricos sobre el mundo, esto es, de sentido común –algo que a su vez es fruto de la experiencia–, a una máquina”. Por consiguiente hay que disipar esos temores, ya que las máquinas carecen de sentido común, un conocimiento que nace de nuestras vivencias y experiencias, las cuales son resultado a su vez de una interacción constante con el entorno.

Así que sobre el mito de una posible rebelión de las máquinas contra los humanos, hay que señalar que eso queda muy bien para las películas y novelas de ciencia ficción, pero la realidad es que las máquinas no van a despertarse por sí mismas un día y decir, “venga, vamos a dominar el mundo”, porque no tienen intencionalidad ni conciencia. “Por mucho que aprendan a hacer cosas extraordinarias, por mucho que las programemos para ello, no podrán hacer eso. Es cierto que a veces incluso un programador se sorprende ante lo que pueden llegar a aprender, pero eso no significa que puedan aprender a ser malas o a tener intenciones de rebelarse contra las personas. Estas ideas hay que dejarlas para la ciencia ficción”, añade este experto.

Y un ejemplo bien claro lo tenemos en su falta de creatividad, de romper las reglas establecidas y crear algo totalmente nuevo, una cualidad específica del ser humano. “Las máquinas ya crean diseños impresionantes y, hasta cierto punto, algunas están demostrando una gran creatividad. Pero, de nuevo, no tienen ninguna intención de ser creativas, ni aprecian lo que han creado, ni son conscientes de ello”.

Lo que sí harán las máquinas es compartir cada vez más el entorno laboral con los humanos –algo que ya estamos viendo- y cambiar el mundo laboral que conocíamos, pero esto… ya es otra historia.

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