(AZprensa) La gran pregunta que todavía se siguen
haciendo muchos es si el hombre pisó realmente la Luna o todo fue un tremendo
engaño. Los partidarios de que el hombre nunca fue a la Luna se basan en muchos
argumentos como, por ejemplo, la radiación que protege a nuestro planeta de los
rayos cósmicos y hace posible la vida, el denominado “cinturón de van Allen” y
afirman que no existe aún (y mucho menos entonces) protección suficiente para
salvaguardar la vida de los astronautas cuando atraviesan esta zona que
comienza en torno a los 600 Km. de altitud (recordemos que la Estación Espacial
Internacional que orbita alrededor de la Tierra se encuentra a poco más de 400
Km. También afirman que los trajes de los astronautas de aquella época no eran
capaces de soportar la radiación que se recibe al estar en la Luna (allí no hay
atmósfera suficiente que nos proteja). Todos ellos aportan igualmente como
pruebas el análisis de muchas fotografías que parecen trucadas: la bandera
moviéndose con el viento cuando allí no hay viento, reflejos de focos en las
escafandras, luz suficiente en zonas que no deberían estar iluminadas en
condiciones normales, ausencia de estrellas en las fotografías, sombras
convergentes cuando deberían ser paralelas como las que produce el Sol en la
Tierra, y un largo etcétera.
Como siempre, dejamos a criterio del lector las
conclusiones que quiera sacar; por nuestra parte creemos que ambas posturas son
ciertas... en parte. Nos explicaremos. Creemos que el hombre sí fue a la Luna y
quizás el tiempo que estuvieron expuestos a esa radiación no fue lo suficiente
como para matarlos o hacerles enfermar gravemente, pero creemos igualmente que
muchas de las fotografías y videos que nos mostraron fueron realizados en la
Tierra, no en la Luna. Veamos por qué.
Como recordaremos fue el presidente de Estados Unidos
John F. Kennedy el que se propuso –como un objetivo ambicioso para toda la
nación- el ser los primeros en llegar a la Luna. Los rusos llevaban la
delantera en la carrera espacial y ambos países se encontraban en plena Guerra
Fría. Poner un hombre en la Luna sería un golpe propagandístico de colosales
dimensiones que reforzaría el papel de Estados Unidos como primera potencia
mundial. El pueblo norteamericana le apoyaba y eso permitió conceder a la NASA
unos presupuestos astronómicos de miles de millones de dólares, necesarios para
un proyecto de esta envergadura. Pero como el objetivo real no era científico
sino propagandístico, de nada serviría ir a la Luna si luego no se podían
mostrar al mundo las fotografías y videos de aquella hazaña si por casualidad
los negativos resultaban dañados por la radiación del espacio exterior. Así que
trazaron un plan alternativo.
Dirigentes y expertos de la NASA habían quedado
sorprendidos con el realismo de la película “2001 una odisea del espacio”
(1968) que había dirigido Stanley Kubrick, y pensaron que dicho director sería
el ideal para recrear en un plató las escenas que necesitaban con los
astronautas simulando estar en la Luna. Según cuentan algunos que han
investigado el asunto, hubo todo tipo de presiones y finalmente aceptó. Esto explicaría
por qué en muchas fotografías e incluso vídeos se observan anomalías que hacen
pensar en que dichas fotos y vídeos no han sido tomados en la Luna sino en un
plató de la Tierra. De esta forma, Estados Unidos consiguió lo que se proponía,
poner al hombre en la Luna (y traerlo sano y salvo de regreso, por supuesto)
demostrando a todo el mundo, a través de unas fotografías perfectas, que ellos
eran los líderes del mundo.
Coincidencias o no, se sabe también que muchas de las
personas que se supone implicadas en este gigantesco engaño fueron muriendo
poco a poco en los meses siguientes en extrañas y poco aclaradas
circunstancias. Se sabe, igualmente, que a raíz de aquello Stanley Kubrick no
volvió a volar en avió y se recluyó en la gran mansión que poseía en el Reino
Unido; tanto es así que las películas que rodó a partir de entonces se rodaron
siempre allí, en su residencia privada, de donde nunca más quiso salir. Y se
sabe también que en 1975 la NASA le dio a Kubrick unas lentes de última
generación que le permitieron rodar su película “Barry Lyndon” sin necesidad de
utilizar focos, dando a las escenas el tono natural que requerían los
interiores de esta película de corte histórico.
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