jueves, 25 de enero de 2018

No hay que ser pasivos frente a la enuresis

(AZprensa) La mayor parte de los padres creen, erróneamente, que el hecho de que su hijo se orine en la cama pasados los 5 años no es un problema importante y que con el tiempo pasará, que es un tema de madurez, y no lo consideran enfermedad, menos aún si en la familia existen casos de enuresis. 

Para arrojar luz sobre el tema, el Dr. Martínez puntualiza que “desde mi punto de vista, hay poca sensibilidad de los pediatras sobre el tema. Los pediatras deberíamos ser más activos identificando los niños que tienen enuresis y mucho más activos en la intervención. Al pediatra en general no le gusta la enuresis porque es una enfermedad con manifestaciones aparentemente no demasiado problemáticas para el niño y la familia. Muchas veces se mantiene una actitud pasiva, pero como sabemos tiene consecuencias a veces difíciles de corregir con el tiempo y que tienen que ver con la autoestima, la sociabilidad y la integración del niño en el ambiente escolar y familiar”.

“Si los padres entienden que es un problema de salud de su hijo y están dispuestos a afrontarlo y a dejarse orientar por el pediatra tendríamos un paso enorme para la resolución del problema y para disminuir los problemas concomitantes que lleva la enuresis en sí: autoestima, el estigma social y las tensiones familiares. Piénsese que estos niños muchas veces no salen de casa, no van a casa de sus amigos, no duermen con familiares, porque no quieren que se sepa que ellos se orinan en la cama a diferencia del primo, de familiares o amigos. Es un problema que está presente y debe abordarse y tratarse porque tiene solución y la enuresis se puede curar en la inmensa mayoría de los casos, en casi todos los casos” indica el doctor.

Sin embargo, la enuresis tiene solución y tratamiento: “Un porcentaje nada despreciable de los niños dejan de orinarse en la cama cada año a partir de los dos años. La enuresis a partir de los 5 años tiene una tasa de curación alta pero los estudios dicen claramente que si intervenimos sobre la enuresis los niños se dejan de orinar antes y las complicaciones de todo tipo que entraña padecerla son más leves y desaparecen antes”, añade.

Para ello existen diferentes tipos de tratamiento como la terapia motivacional, los consejos o el entrenamiento vesical, que son la base del tratamiento; además de la terapia conductual con dispositivos de alarma y los tratamientos farmacológicos.

“El uso de la desmopresina es el que más está estudiado y el que resuelve en un porcentaje más alto de niños la enuresis. Es el tratamiento preferido por los pediatras por comodidad, porque lo prefieren los padres y también porque los niños lo aceptan muy bien y porque tiene una tasa de resolución de la enfermedad equiparable a la alarma, y con menos inconvenientes de los que pueda tener la alarma en cuanto a aceptación por parte de la familia y del niño”.

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