Sombras y gritos

(AZprensa) Cuando caminamos, allá donde estemos, nunca estamos solos, nos acompaña una sombra. Podemos pensar que es nuestra propia sombra, la ausencia de luz que generamos cuando nuestro cuerpo se interpone en el trayecto de cualquier fuente luminosa, pero quizás esa sombra sea algo más, tal vez una advertencia, un aviso, incluso un grito silencioso que nos pide mirar no sólo al exterior sino también al interior de nosotros mismos.
 
Todos los días deberíamos leer una poesía; si así lo hiciésemos todos, quizás el mundo sería mejor. Por eso, aunque no sea todos los días, sólo de vez en cuando, este blog albergará esa bocanada de aire fresco, ese “kit kat” de pausa en el frenesí cotidiano… Cuando vuelvas a ver tu sombra, recuerda que te está gritando…
 
LA SOMBRA
 
Surgirá de los cimientos una sombra
elevándose trémula hasta el cielo
para sembrar en tus ojos la pregunta eterna
que no tiene respuesta,
sólo el ansia contagiosa
de preguntarse a sí misma
las cuestiones que nadie contesta.
 
La sombra levantará tus párpados
y llenará tu retina con la angustia de lo incierto,
con preguntas que te impregnan
y despiertan el hambre de saber
y muestran tu miseria: ese mundo enano
que no va más allá de cuatro pasos
y en donde tus ojos ciegos
se niegan a ver la realidad
y te hacen ser tu propio esclavo.
 
La sombra gritará tu nombre
y sentirás miedo al percibir
que esa sombra eres tú mismo
y como el humo escapas huyendo
en sus volutas.
 

La poesía es el edificio en donde se alojan nuestras emociones…
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