¿Puede la salud ser una enfermedad? La
respuesta es “sí” cuando la obsesión por comer sólo alimentos saludables, sin
ningún tipo de aditivo o procesamiento que los adulteren se convierte en
enfermiza, y esa enfermedad tiene un nombre: ortorexia.
Según la doctora Rosa Calvo, responsable de
la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital Universitario La Paz
(Madrid), en declaraciones a Europa Press, el trastorno es de difícil
diagnóstico ya que las personas que lo padecen consideran que están actuando de
la forma correcta y que los demás están equivocados.
Estas personas intentan a toda costa consumir
alimentos que, en el caso de los vegetales o frutas, han sido producidos de
forma ecológica, evitando pesticidas o abonos químicos, o bien productos
cárnicos de animales criados de determinada forma ya sea a través de
alimentación, condiciones de vida o ausencia de antibióticos para controlar sus
enfermedades.
En lo referente a la comida precocinada
buscan que en su preparación no existan conservantes ni aditivos o no se hayan
empleado, por ejemplo, aceites tropicales o que no superen determinados
porcentajes de grasa. Lo común es que si tienen que consumir algo fuera de sus
casas lo lleven consigo.
La calidad de vida de las personas que
padecen este trastorno de la alimentación se va deteriorando ya que todo su
esfuerzo se dirige a llevar una dieta que consideran sana, dejando de lado
otras esferas de su vida como las relaciones sociales o incluso su vida laboral.
Se llega así a situaciones de aislamiento, ya que normalmente no van a comer
con nadie y así se evitan las comidas en restaurantes o bares e incluso en el
ámbito familiar pues no cumplen con las cualidades exigidas.
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