martes, 25 de marzo de 2014

Cardioprotección con cerveza

Con las reservas propias de una investigación realizada sobre animales, cuya extrapolación a los humanos debe hacerse siempre con las debidas reservas, un estudio dirigido por la directora del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC), Lina Badimon, publicado en la revista Basic Research in Cardiology demuestra que “la ingesta moderada de cerveza puede favorecer la formación del tejido cicatrizal reparativo tras sufrir un infarto".

Tal como ha explicado Badimon, "hemos detectado que la ingesta moderada y regular de cerveza tradicional durante 21 días se asocia a un aumento de los niveles de plasma de HDL. Sin embargo, el consumo de cerveza sin alcohol, aunque no aumenta los niveles de HDL, es capaz de mejorar la calidad de HDL haciendo que las partículas de HDL adquieran gran capacidad antioxidante", ha señalado la experta.

Del mismo modo, los datos han revelado que, tanto la cerveza tradicional como sin alcohol, puede disminuir la incidencia de arritmias y las complicaciones derivadas de la isquemia durante la inducción del infarto de miocardio, con lo que, a juicio de la experta, se podría confirmar un efecto protector que resulta "más pronunciado" en los animales que consumieron cerveza tradicional de forma leve a moderada.

Tanto el análisis entre grupos, como entre animales, ha arrojado una mejora significativa de la función cardiaca global en los animales alimentados con cerveza. "En conclusión, nuestros datos respaldan firmemente que la cerveza, tanto sin alcohol como con contenido alcohólico de leve a moderado, puede procurar  una cardioprotección que supera los efectos nocivos asociados a la dislipidemia en el miocardio infartado", ha recalcado Badimon, si bien se recuerda que su abuso puede tener efectos dañinos.

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