(AZprensa) Increíblemente las quejas
–que no protestas- de la patronal de la industria farmacéutica, Farmaindustria,
al nuevo Real Decreto de precios de referencia, han sido mínimas y, antes al
contrario, han destacado que el nuevo sistema de
precios de referencia y agrupaciones homogéneas de medicamentos supone un
"avance en materia normativa" y "un paso en la necesaria
estabilidad regulatoria del sector farmacéutico".
Pero, veamos: hasta ahora estaba fijado un precio
mínimo de 2 euros para cada medicamento. Pues bien, ahora ese precio mínimo
baja a 1,60 euros. Y no acaba ahí la cosa porque aún queda letra pequeña: si
cualquier otro Estado miembro de la UE comercializa un medicamento a un precio
inferior, ese nuevo precio mínimo será el que se aplique en España.
En definitiva, si con un precio de 1,60 euros
cuesta trabajo creer que hayan podido pagar el cartón, el prospecto, el
blister, los comprimidos, la mano de obra necesaria, los portes, los gastos
financieros... y no digamos ya los gastos previos de investigación, aún esto
les parece mucho a nuestras Autoridades Sanitarias, dispuestas a seguir
exprimiendo a la industria más innovadora que existe. Y mientras tanto, la
industria calla o como mucho lanza un tímido susurro.
Comparada con una farmacia, una tienda de chuches
nos parece ya como una tienda de lujo.
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