El doctor
José R. Banegas, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, ha declarado que “el
30 por ciento de los médicos no utiliza instrumentos de evaluación del riesgo
cardiovascular, y aproximadamente uno de cada ocho no sigue las directrices
sobre el manejo del riesgo cardiovascular que recomiendan las Sociedades
Europeas”. En su opinión, esta realidad responde a factores como las
limitaciones de tiempo de atención al paciente, la percepción de que estas
herramientas no son útiles, una escasa comprensión de las mismas o las
dificultades para realizar las estrategias preventivas.
Según se ha
demostrado en algunos importantes estudios clínicos como el EURIKA (Estudio
Europeo sobre Prevención y Manejo del Riesgo Cardiovascular en la Práctica
Diaria) promovido por AstraZeneca, los pacientes con uno o más factores de
riesgo (como un alto nivel de colesterol, presión sanguínea elevada,
tabaquismo, diabetes y obesidad), presentan un riesgo incrementado de fallecer
a causa de una enfermedad cardiovascular y estos factores de riesgo no están
siendo correctamente tratados en la práctica clínica.
Por ejemplo,
muchos pacientes mayores de 50 años con al menos un factor tradicional de
riesgo cardiovascular pero sin historial previo de enfermedad cardiovascular,
presentan niveles elevados de proteína C reactiva (PCR), un reconocido marcador
de inflamación que se asocia con un incremento del riesgo de eventos
cardiovasculares.
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