La espirometría consta de una serie de pruebas
respiratorias sencillas para medir la capacidad pulmonar, pero esa misma
sencillez hace que no se extreme el cuidado a la hora de hacerla y por
consiguiente no se realice correctamente.
Para el doctor Enrique Mascarós, médico de Familia y
Comunitaria en el servicio Valenciano de Salud, “el
problema principal de las espirometrías es la técnica de realización, ya que la
interpretación de resultados es sencilla. Los errores más frecuentes se
producen durante la realización y suelen estar relacionados con la escasa duración de
la maniobras, con una terminación brusca y también con el retraso en el inicio
de la maniobra”. Para evitar estos errores, “el técnico que realiza la espirometría debe animar al
paciente y controlar en todo momento la correcta colaboración para obtener
curvas reproducibles y aceptables que den unos resultados que puedan ser
interpretados”, señala el doctor Mascarós.
A través de la espirometría se puede diagnosticar la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una enfermedad que provoca insuficiencia
respiratoria y se caracteriza por periodos de empeoramientos agudos que se
denominan exacerbaciones. Dichas exacerbaciones provocan en el paciente una
pérdida acelerada de su función pulmonar y un peor pronóstico de su enfermedad.
Para el doctor Mascarós, “el médico de
Atención Primaria debe ser capaz de manejar estas exacerbaciones no solo cuando
se presenten sino también de hacer todo lo posible para prevenir su aparición.
Consiguiendo de esta manera que el paciente tenga una mejor calidad de vida y
un mejor pronóstico“.
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