lunes, 31 de marzo de 2014

Los dos lados de la publicidad de medicamentos

(AZprensa) La publicidad de medicamentos de prescripción dirigida directamente al público a través de los medios de comunicación (televisión, radio, prensa, etc.) es una práctica prohibida en casi todos los países, pero no en Estados Unidos. Allí, los laboratorios farmacéuticos pueden anunciar en televisión, etc., sus medicamentos contra la hipertensión, el cáncer de mama, la esquizofrenia, la diabetes, la artrosis...

Como señala el analista e informador Eric Palmer, los médicos entienden que esos anuncios en donde todo lo que se muestra son las ventajas del fármaco, hacen que los pacientes acudan a la consulta pidiéndole al médico que les recete esa marca concreta que han visto anunciada. El problema surge cuando el médico comprende que a algunos de esos pacientes concretos que le exigen una marca determinada no les resultaría conveniente ese producto sino otro diferente... y deben explicárselo. Es evidente que esto es un gran inconveniente, porque la publicidad (da igual que sea de medicamentos que de cualquier otra cosa) nos incita a comprar muchas cosas que en realidad no necesitamos y, en el caso de los medicamentos, todos ellos tienen efectos secundarios y sólo deben tomarse aquellos cuyo balance riesgo/beneficio sea aceptable, algo que debe ser el médico quien lo exponga en sus términos correctos a cada paciente en cada circunstancia.

Sin embargo, lo que sorprende y ninguna Autoridad Sanitaria de ninguno de los países donde no está autorizada este tipo de publicidad ha dicho nunca, y lo que nunca han dicho ni escrito los medios de comunicación de estos países (entre los que se encuentra España) es que la publicidad de medicamentos dirigida al público tiene también un lado positivo. ¿Cuál es?

Los médicos de Estados Unidos han reconocido que este tipo de publicidad resulta muy útil para quitar el estigma que la sociedad ha dado a muchas enfermedades y que hacen que los pacientes sean vistos de manera diferente por la sociedad. Nos referimos a enfermedades como la depresión, la esquizofrenia, y en general muchas enfermedades mentales, y también en menor medida a otras enfermedades relacionadas con la esfera sexual o dermatológica o aquellas que afectan a la autoestima de quien la padece. La publicidad de marcas de medicamentos que actúan sobre esas enfermedades, consigue que la sociedad vea a esas enfermedades y a esos enfermos como algo normal, hace que esos pacientes no se sientan discriminados y les incita a acudir al médico para que se lo recete.

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