Para nuestros dirigentes sanitarios lo
primero que se recorta es el gasto en medicamentos, aunque este supone sólo un
pequeño porcentaje del gasto sanitario total,
al tiempo que la mayoría del resto de partidas que conforman el gasto sanitario
siguen subiendo.
Según un estudio de Farmaindustria, el
gasto en recetas (es decir, el gasto destinado a los medicamentos recetados por
la sanidad pública) y se ha situado en el 14,5 por ciento, una cifra inferior a
la registrada hace nada más y nada menos que 30 años.
En efecto, en 1983 el gasto en recetas
suponía el 14,7 por ciento del gasto sanitario total y en años sucesivos fue
ascendiendo hasta alcanzar el máximo en el año 2003 cuando se situó en el 20,8
por ciento.
Esto es en términos relativos, porque en términos absolutos, dicho gasto se ha situado en el año 2013 en 13.785 millones de euros y las previsiones para los próximos años lo rebajarán más aún, concretamente hasta los 13.519 millones en el 2014 y 13.191 millones en 2015. De igual forma, si este gasto se compara con el Producto Interior Bruto (PIB) vemos que la previsión para el 2015 lo sitúa ya en el 1,23 por ciento del PIB cuando en el año 2010 representaba el 1,59.
Esto es en términos relativos, porque en términos absolutos, dicho gasto se ha situado en el año 2013 en 13.785 millones de euros y las previsiones para los próximos años lo rebajarán más aún, concretamente hasta los 13.519 millones en el 2014 y 13.191 millones en 2015. De igual forma, si este gasto se compara con el Producto Interior Bruto (PIB) vemos que la previsión para el 2015 lo sitúa ya en el 1,23 por ciento del PIB cuando en el año 2010 representaba el 1,59.
Finalmente, y por lo que se refiere al
gasto en medicamentos por ciudadano y año, en el año 2010 era de 352,8 euros,
para el 2015 la previsión es de 281 euros, un 20 por ciento menos que el resto
de ciudadanos de la Unión Europea.
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