miércoles, 15 de marzo de 2023

La hipocresía de los despidos

(AZprensa) Cuando una empresa, pongamos por caso una multinacional farmacéutica, decide “recortar los costes de producción” para “aumentar así la rentabilidad”, no sólo demuestra una incapacidad manifiesta de sus gestores que no han sido capaces de rentabilizar el negocio, sino también una falta de humanidad. Si hay responsables de la mala marcha del negocio, desde luego que no son los trabajadores de sus fábricas y oficinas, sino más bien quienes les han contratado por no medir bien el alcance de esa medida.
 
Sin embargo sorprende más la decisión cuando se miran los resultados económicos de la compañía porque, en general, se trata de empresas saneadas que simplemente han obtenido menos beneficios de los esperados. Por ejemplo, en el año 2018 la multinacional farmacéutica Novartis alcanzó un beneficio neto de 8.403 millones de euros en los seis primeros meses del año, un 169% más respecto al mismo periodo de 2017 y su facturación neta en ese periodo fue de 22.219 millones de euros, un 8,7% más que el mismo periodo del año anterior. Como se ve, unas cifras muy “pobres” que le llevaron a despedir 1.700 empleados en Suiza, 400 en Reino Unido (con el desmantelamiento de una fábrica) y otros 1.000 más también en Suiza durante el presente año 2022.
 
No hay noticias respecto a si los directivos que condujeron a esta “pobre” situación fueron incluidos en esos planes de “mejora” ni se informó tampoco si los salarios y bonus de esos altos directivos se iban a resentir con esa medida. Como siempre el camino más fácil es gastar y contratar sin tino persiguiendo una utopía y después, cuando se ve que esta no llega, recortar segando la dignidad laboral de los trabajadores, siempre de los que menos ganan y más necesitan un empleo digno.
 

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