(AZprensa) Ojalá dedicásemos todos los días un par de minutos (aunque sólo fuera eso) a leer algún poema. La poesía es el lenguaje del alma, es el idioma que nos conecta con nuestro ser interno y alimenta nuestro espíritu. Sólo unos minutos, aunque sólo sean dos, pueden saciar el hambre de lo que somos en realidad, eso que está encerrado en el cuerpo material.
Para contribuir a ese momento de relax, aquí tienes este poema...
TE VI CRECER JUNTO A MI LADO
Te vi crecer junto a mi cuerpo,
sombra de luz resplandeciente,
alumbrándome el camino
y protegiendo mis pasos con tus alas
batiendo como siempre el desencanto.
Sentí tu piel tan cerca... y tan caliente
como la brisa leve del verano,
vistiéndome de amor y fortaleza
para vencer la vida que desborda
hacia nosotros su corriente.
Oí tu voz como un susurro
escapando del agobio de las gentes,
dándome el consuelo necesario
para seguir adelante, libremente,
hacia el destino que nos tienen
preparado.
Te llamé Musa y acudiste
rauda y veloz hasta mis manos
para plasmar en estos versos
los latidos de la vida que trasciende
al otro lado.
Te vi crecer junto a mi cuerpo,
sombra de luz resplandeciente,
alumbrándome el camino
y protegiendo mis pasos con tus alas
batiendo como siempre el desencanto.
Sentí tu piel tan cerca... y tan caliente
como la brisa leve del verano,
vistiéndome de amor y fortaleza
para vencer la vida que desborda
hacia nosotros su corriente.
Oí tu voz como un susurro
escapando del agobio de las gentes,
dándome el consuelo necesario
para seguir adelante, libremente,
hacia el destino que nos tienen
preparado.
Te llamé Musa y acudiste
rauda y veloz hasta mis manos
para plasmar en estos versos
los latidos de la vida que trasciende
al otro lado.
“Arquitecto de emociones”: https://amzn.to/3rV1Q71
No hay comentarios:
Publicar un comentario