jueves, 26 de enero de 2023

El misterio del Zarapito

(AZprensa) A Rafa, el eterno rival de Orestes en el concurso de televisión “Pasapalabra”, le faltaban muy pocas palabras para ganar, aunque ya no podía llevarse el premio gordo porque había tenido un fallo. Por fin llegó el turno a la última letra, la “Z” y el presentador leyó la definición de la palabra que debía acertar el concursante: “Ave zancuda, de cuello largo y pico delgado y encorvado, de la que se conocen más de 30 especies”. Rafa quedó sorprendido ante esta pregunta de las consideradas difíciles y decidió pasar el turno para poder pensar la respuesta. A muchos kilómetros de distancia se escuchó el grito de un espectador (yo) que gritaba la respuesta “¡Zarapito!”.
 
El concurso siguió y otra vez llegó a la letra “Z” pero esta vez Rafa sí que se atrevió a responder: “Zarapito”, tras lo cual guardó silencio, dejó pasar los segundos que restaban y ganó a su rival, el también eterno y simpático Orestes. A muchos kilómetros de distancia, un espectador, miró a su esposa y ambos recordaron lo que había sucedido el día anterior…
 
El hijo de estos espectadores quería entrar en una página web a la que no accedía desde hacía muchos años, tantos que ya ni se acordaba de la dirección de e-mail ni de la contraseña. Era imposible acceder, así que tuvo que localizar un teléfono de contacto para decir que no se acordaba de estos datos y que quería entrar. Le pidieron que recordase sus direcciones de e-mail para comprobar si lo tenían registrado con alguna de ellas, pero… ¡nada! Dar su teléfono no valía, su DNI tampoco… Los responsables de la web no podían facilitar los datos de acceso si no quedaba contrastada la identidad de la persona que llamaba.
 
Desanimado colgó el teléfono y lo intentó de una y mil formas, pero ¡era imposible acceder! Hasta que recordó que cuando se dio de alta en esa web lo hizo desde el ordenador de su padre y quizás fue la dirección de e-mail de su padre con la que se abrió aquella cuenta en la web. Volvió a llamar y dio la nueva dirección de e-mail. ¡Bingo! ¡Era esa! Entonces le pidieron que dijese la contraseña… no tenía ni idea, habían pasado muchos años. “Dame alguna pista”, le pidió. “No puedo”, le contestó, pero añadió: “Es una palabra muy rara”. Tras unos segundos de intensa espera saltó la solución: “Te voy a enviar al e-mail un enlace para que confirmes su recepción y puedas poner otra clave de acceso”. Así lo hizo y una vez resuelto el problema ya pudo conocer cuál era aquella extraña palabra que su padre había puesto como contraseña: “Zarapito”. Claro que ni el técnico que atendió la llamada ni el interesado tenían ni idea de qué significaba esa extraña palabra.
 
Cuando le contó lo sucedido a su padre, este no pudo mas que estallar en una sonora carcajada. “¿No sabes qué es el Zarapito?”, le preguntó, y acto seguido le dio la respuesta: “Un ave zancuda de pico largo y curvo a la que le gustan mis dos lugares preferidos en este planeta: Daimiel y los países nórdicos”. Y era cierto, porque el Zarapito (Numenius phaeopus) es un gran viajero y le gustan de manera muy especial los países nórdicos a los que viaja desde África y en su camino se detiene a descansar en el parque nacional de “Las Tablas de Daimiel”. Y de la similitud y complicidad existente entre este ave y el responsable de haber usado ese nombre como contraseña da buena prueba de ello el hecho de su nombre que es “original, divertido, entrañable y diferente”.
 
Todo esto sucedió un jueves por la tarde. Al día siguiente por la tarde, saltaba en la televisión el nombre de “Zarapito” en este concurso de televisión. Por eso, cuando me di cuenta de la extraña coincidencia (porque ¿cuántas veces en tu vida has oído la palabra “Zarapito” y cuántas veces en tu vida la has oído dos días consecutivos a la misma hora en lugares y con motivos diferentes?) que se acababa de producir, no pude menos que recordar mi libro “No son coincidencias” en el que descubro qué es lo que de verdad se esconde detrás de esas “casualidades” o “coincidencias” con las que de vez en cuando nos encontramos.
 
Más información: https://palabrasinefables.blogspot.com/2014/12/zarapito-trinador.html
 


No se trata de coincidencias ni casualidades; son otra cosa muy diferente.
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