El huevo que rompe los libros de historia
(AZprensa) Existe un huevo de avestruz que hace dudar de
la historia oficial que nos han contado sobre el antiguo Egipto. Este huevo se
encontró, junto a otros muchos objetos, en una tumba en Nubia. La datación que
se dio a todos esos objetos fue de 7.000 años.
El encontrar un huevo de avestruz en una tumba no fue
ninguna sorpresa, ya que se sabe que los egipcios utilizaban los huevos de
avestruz como alimento y como objetos de adorno. Pero lo que tenía de
particular este huevo era que presentaba diversos dibujos, entre ellos, tres
pirámides.
Si tenemos en cuenta que la pirámide más antigua es la de
Djoser, en la Necrópolis Real de Saqqara, y se construyó hace 4.700 años, y que
las tres pirámides de Guiza se construyeron hace 4.500 años, resulta anacrónico
encontrar la representación de tres pirámides varios miles de años antes de que
–según la historia oficial- se edificase cualquier construcción de este tipo.
Por otra parte, uno de los dibujos que aparece junto a
estas tres pirámides, parece representar al río Nilo, con unas dimensiones muy superiores
a las actuales, pero localizado en el mismo lugar junto a las pirámides. Si tenemos
en cuenta –esto sí que está reconocido por la ciencia oficial- que hace 7.000
años el clima de aquella región era muy húmedo, esa crecida del río Nilo
encajaría perfectamente y daría la razón a lo representado en el huevo: que las
tres pirámides de Guiza se construyeron varios miles de años antes y esto
obligaría a replantearse toda la historia del mundo antiguo, no sólo en Egipto
sino de todo el planeta.
Como la ciencia oficial nunca ha sido partidaria de
contradecirse a sí misma, y de echar por tierra todo lo que dan como verdad
incuestionable, los científicos actuales lejos de investigar más sobre el
asunto, hacen lo que el este huevo les sugiere: esconder la cabeza en el suelo
para no ver la realidad, al igual que los avestruces cuando presienten peligro.
Hay otros mundos, pero están en este.
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