jueves, 26 de enero de 2023

Si crees que estás sano, es porque no te has hecho un chequeo médico

(AZprensa) Está muy implantada tanto en España como en muchos otros países, la costumbre de las revisiones médicas anuales e incluso muchas empresas las ofrecen a sus empleados. Se apoya esta costumbre en la creencia de que una detección a tiempo de una enfermedad aún latente o en sus inicios, puede salvar la vida del paciente o cuando menos frenar el avance de la citada enfermedad. Pero… ¿hay evidencia científica de que esto es cierto?... La respuesta es “No”.
 
Tal como explica la doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular y divulgadora científica, Esther Samper, diversos estudios, entre los que se incluye una revisión sistemática donde se analizan 17 ensayos clínicos sobre 230.000 pacientes, muestran resultados claros: no se observan beneficios para la salud entre las personas que pasan por revisiones médicas generales. No hay diferencias significativas en la mortalidad total ni en la mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares entre aquellos que hacían sus chequeos y aquellos que no. Tampoco se ha visto ningún efecto apreciable a la hora prevenir la enfermedad de las arterias coronarias o el ictus.
 
Pero es que, además de que los chequeos médicos anuales no aportan beneficio alguno, estos suponen un gasto de dinero innecesario y un mal uso de los recursos sanitarios. Su principal peligro es que pueden conducir a pruebas médicas y tratamientos innecesarios en personas completamente sanas.
 
Hay que tener bien presente que cada prueba médica que se realiza tiene cierto margen de error, lo que implica que puede hacernos pensar que un hallazgo puede ser indicativo de una enfermedad, cuando es realidad no es así. Por este motivo, las pruebas médicas sólo deberían realizarse de forma justificada, ante ciertos síntomas y signos, para minimizar ese inevitable error.
 
Por el contrario, realizar las pruebas en personas sanas aumenta el riesgo de etiquetarlas como “enfermas” o “potencialmente enfermas” y entrar en una espiral de pruebas y tratamientos innecesarios que aportan más riesgos que beneficios.
 
Y sin embargo, es muy difícil luchar contra esta corriente de la “medicina preventiva” que, a través de continuas revisiones y múltiples pruebas, busca encontrar cualquier indicio de enfermedad, por pequeño que sea, para realizar más pruebas e implantar tratamientos. ¿La razón? La respuesta es muy sencilla: Don Dinero. Las revisiones anuales suponen ir más veces al médico (dinero), suponen hacer pruebas y más pruebas (dinero), suponen prescribir tratamientos a pacientes asintomáticos (dinero), y suponen volver a empezar (más visitas a médicos, más pruebas y más tratamientos) para paliar los efectos secundarios causados por todo esto a unas personas que estaban sanas antes de hacerse la primera revisión.
 
No lo olvides: La clave está en llevar una vida sana y saludable, y si no tienes síntomas de ninguna enfermedad no hay necesidad de ir al médico ni siquiera para hacerte revisiones. Sólo hay unas pocas excepciones para esta excesiva medicalización de la vida de las personas sanas: La realización de pruebas muy concretas en colectivos de riesgo como, por ejemplo, el cribado de cáncer de colon, el screening neonatal o el registro de la presión arterial (para identificar un posible riesgo cardiovascular).
 


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