(AZprensa) ¿Os acordáis? A primeros de diciembre de 2022
se recibieron en Madrid varias cartas bomba (embajada de Ucrania, empresa
armamentística Instalaza de Zaragoza, base aérea de Torrejón de Ardoz,
Ministerio de Defensa, presidente del Gobierno, etc.).
Todas ellas llevaban el mismo tipo de letra y de sobre, y ninguna de ellas tenía gran poder destructivo, como lo prueba el hecho de que sólo la primera estalló y –afortunadamente- sólo hirió levemente a un funcionario. Vamos, que más que “cartas-bomba” eran “cartas-petardo”, como los petardos esos que compran los niños para jugar.
¿Se trata de la obra de un loco o esconde otras intenciones más oscuras?
Este hecho nos recordó mucho lo sucedido en la última campaña electoral, cuando Pablo Iglesias (líder del partido de ultraizquierda, Podemos) recibió unas cartas conteniendo balas. Tanto él como los medios de comunicación aprovecharon esto para presentarse al electorado como víctimas inocentes y así ganar su favor en forma de voto. ¿Y qué pasó después? Se pidió investigación para aclarar los hechos y la investigación quedó en nada. Sólo interesaba la campaña mediática para sacar provecho electoral.
Pero ¿por qué ahora surge otra acción similar, en este
caso de “cartas-petardo”? Porque al Gobierno le interesa seguir metiendo miedo
a la población (es una de las cosas que más le gusta) y no le dio vergüenza
lanzar mensajes de “alerta de amenaza terrorista” que incluso llegaron a los
móviles de los ciudadanos. Y por supuesto, los “medios de manipulación” siguieron
las directrices marcadas y dedicaron amplios espacios para meter miedo a la
población.
¿Se investigaron estos hechos? ¿En qué quedó la investigación? En nada. Lo único que interesaba, en este caso, era mantener atemorizada a la población y que no prestase atención o al menos se quedase calladita mientras el Gobierno se preparaba a cambiar leyes para que no sea delito el que los políticos roben si ese dinero no es para ellos sino para sus amigos o causas afines; para que no se meta en la cárcel a los que quieran romper España; para subir impuestos; para implantar nuevas leyes feminazistas; etc.
No lo olvides: Una población con miedo es más sumisa ante
el poder. Esto ha sido así desde los albores de la humanidad. Y el Gobierno lo
sabe.
Una Biblioteca muy diferente a cuanto habías visto.
“Biblioteca Fisac”: https://amzn.to/3sOO1Yq
Todas ellas llevaban el mismo tipo de letra y de sobre, y ninguna de ellas tenía gran poder destructivo, como lo prueba el hecho de que sólo la primera estalló y –afortunadamente- sólo hirió levemente a un funcionario. Vamos, que más que “cartas-bomba” eran “cartas-petardo”, como los petardos esos que compran los niños para jugar.
¿Se trata de la obra de un loco o esconde otras intenciones más oscuras?
Este hecho nos recordó mucho lo sucedido en la última campaña electoral, cuando Pablo Iglesias (líder del partido de ultraizquierda, Podemos) recibió unas cartas conteniendo balas. Tanto él como los medios de comunicación aprovecharon esto para presentarse al electorado como víctimas inocentes y así ganar su favor en forma de voto. ¿Y qué pasó después? Se pidió investigación para aclarar los hechos y la investigación quedó en nada. Sólo interesaba la campaña mediática para sacar provecho electoral.
¿Se investigaron estos hechos? ¿En qué quedó la investigación? En nada. Lo único que interesaba, en este caso, era mantener atemorizada a la población y que no prestase atención o al menos se quedase calladita mientras el Gobierno se preparaba a cambiar leyes para que no sea delito el que los políticos roben si ese dinero no es para ellos sino para sus amigos o causas afines; para que no se meta en la cárcel a los que quieran romper España; para subir impuestos; para implantar nuevas leyes feminazistas; etc.
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