martes, 31 de enero de 2023

¿Se puede prevenir el trastorno bipolar?

(AZprensa) El trastorno bipolar tiene un componente genético indudable. Si en las familias existe alguna persona con ese diagnóstico existen probabilidades de que alguno de los miembros lo tenga. Ahora bien, si hablamos de abuelos bisabuelos… antiguamente no se sabía que se tenía la enfermedad y, a veces, se calificaba a la persona como melancólica o como una persona con rarezas.
 
El asunto más grave es que el diagnóstico de trastorno bipolar se confunde con depresiones. La gente normalmente va al médico cuando tiene depresiones, cuando se siente mal, ve que no puede seguir adelante, que se interrumpe su labor cotidiana... pero raramente habla de sus episodios de hipomanía que son los niveles de actividad y de pensamiento rápido y de verborrea entre otros. No habla de ese episodio que resulta agradable, solo habla de la depresión.
 
El trastorno bipolar es muy difícil de diagnosticar a no ser que se haga un buen informe, un informe prolijo, para lo cual los médicos de medicina general primero, no tienen tiempo, y muchas veces no están bien informados a pesar de que el médico de atención primaria es fundamental porque sería quien deriva al psiquiatra. Más que prevenir se trataría de detectar precozmente la enfermedad.
 
Normalmente se detecta, se diagnostica, cuando ha habido un episodio de manía que ya es un episodio de locura. Cuando un paciente va a la consulta por depresión recibe antidepresivos y puede darse el caso que esos mismos antidepresivos hagan un salto y de alguna manera detonen el trastorno bipolar que, por decirlo de alguna forma, estaba dormido, estaba latente. Ese es un problema gravísimo y por lo tanto las historias clínicas son fundamentales.
 
La información, el que la gente vaya sabiendo en qué consiste esta enfermedad, es fundamental, y los medios de comunicación son en este sentido los mayores aliados que se pueden tener porque se tarda entre ocho y diez años en diagnosticar. Suele aparecer a los 19 años y se detecta a los 30 con lo que para entonces ya se ha truncado la vida profesional, social, amorosa...
 
Únicamente el 50 por ciento de los pacientes está diagnosticado y de esta cifra solo la mitad está tratado. En la depresión el paciente es consciente si está diagnosticado y si lo ha asumido y tiene un psiquiatra que le ha explicado en qué consiste su enfermedad, si tiene información, porque puede ser que le den medicinas, salga del episodio y no quiera saber más.
 
En la fase de manía, que es el estadio más elevado que viene de locura, desde luego ahí no es consciente, ahí no razona, ahí solamente puede actuar la medicación y muchas veces es necesario el internamiento porque está absolutamente descontrolado y puede causar grandes desastres familiares personales... no digo que sea agresivo, que no lo suele ser, y que no es más agresivo que cualquier persona de la calle, pero sí que ha perdido contacto con la realidad.
 
Lo que los pacientes con trastorno bipolar piden a la población general es que la gente comprenda:
Que no somos personas diferentes de lo que son ellos.
Que tenemos un desajuste del cual no somos en absoluto culpables.
Que es un desajuste bioquímico biológico crónico orgánico.
Que nos merecemos que nos den oportunidades como a cualquier otra persona, porque somos personas antes que una enfermedad.
 
En definitiva, lo pacientes con trastorno bipolar no piden un trato especial (aunque sí hay pacientes que debido a su deterioro necesitan una ayuda especial) y, en general, estando controlados, pueden llevar una vida absolutamente normal.
 
Fuente.- Entrevista concedida por Guadalupe Morales, directora de Comunicación de la Fundación mundo bipolar, al nº 70 de la ya desaparecida revista “Información al Día”.
 

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